En la tarde de hoy se ponía punto y final a una liga, que ha resultado larga y a la final más complicada de lo que se podía imaginar, principalmente en lo extradeportivo, aunque en lo deportivo también ha habido sus cosas en esta segunda vuelta.
El mercado de invierno nos trajo a Gervasio, para reforzar el centro del campo, única laguna de la primera fase del campeonato, pero muy en contra de lo que se podía pensar ,las cosas se torcieron, de nueve puntos se consigue solo uno en los tres primeros partidos de la segunda vuelta y aunque por nadie pasaba la idea de perder la fase de ascenso, el no terminar lideres se podía considerar un fracaso y las cosas no se enderezan hasta bien mediada la segunda parte del campeonato, puesto que a pesar de sacar los partidos adelante, el juego es pobre y los marcadores demasiados ajustados para la entidad de los equipos a los que nos enfrentamos.
El mes de enero es preocupante, la derrota en Moratalla, frente a nuestro más directo rival, hace que se encienda la mecha y el detonante a punto esta de dar con los huesos de Pepe Soler en la calle, no obstante impera la cordura, y el equipo sigue trabajando a sus ordenes, aunque el día de San José quedara como una de las celebraciones más amargas de su onomástica, los Caravaqueños caían derrotados justamente ante un Murcia deportivo, que se empeñaba en acrecentar la crisis que nadie quería ver. A partir de aquí las cosas cambian, en lo deportivo, el Caravaca coge la honda y no vuelve a perder en la nueve jornadas siguientes que restaban hasta el final de campeonato.
De quitarse el sombrero la actitud de los jugadores, casi tres meses que estuvieron sin cobrar y en ningún momento declinaron su responsabilidad de llevar al club hasta el final, y es que la crisis económica no ha perdonado a nadie esta temporada, lo mejor que al final las cosas se han solucionado, y el equipo llega a la fase de ascenso en buenas condiciones y con unos registros que meten miedo, 115 goles a favor, solo 5 recibidos en casa de los solo 26 en contra y con Noel como pichichi de la categoría con 36 goles.
El encuentro de esta tarde frente al Jumilla era algo mas que de puro trámite, los del altiplano lo tenían todo dicho en esta temporada, y los jugadores Caravaqueños estaban más pendientes de la próxima fase de ascenso, que de otra cosa; el encuentro en general fue aburrido, durante la primera mitad los vinícolas, casi sin querer tuvieron oportunidades claras de haber marcado, durante este periodo, los locales dejaron maniobrar con demasiada facilidad a los visitantes, pero el marcador no se movió.
En la segunda parte, las cosas no cambiaron nada, todo fue un calco de lo ocurrido en los primeros 45 minutos, con la excepción de algunas ocasiones Caravaqueñas muy aisladas. Todos nos aprestábamos a abandonar el municipal, cuando rondando el minuto 40, Petu recibe dentro del área un balón que le habían mandado desde el centro del campo, hace una buena definición y consigue batir a Fran; el gol fue como si hubiesen tomado Red-Bull, les dio alas y vivimos los minutos más vibrantes del encuentro, con el equipo totalmente volcado sobre la portería rival y con la afición habida de emoción empujando. El 2-0 llega en el minuto 43 obra de Emilio Rodríguez, y aún pudieron ser mas en los pocos minutos que quedaban para terminar el encuentro.
El mercado de invierno nos trajo a Gervasio, para reforzar el centro del campo, única laguna de la primera fase del campeonato, pero muy en contra de lo que se podía pensar ,las cosas se torcieron, de nueve puntos se consigue solo uno en los tres primeros partidos de la segunda vuelta y aunque por nadie pasaba la idea de perder la fase de ascenso, el no terminar lideres se podía considerar un fracaso y las cosas no se enderezan hasta bien mediada la segunda parte del campeonato, puesto que a pesar de sacar los partidos adelante, el juego es pobre y los marcadores demasiados ajustados para la entidad de los equipos a los que nos enfrentamos.
El mes de enero es preocupante, la derrota en Moratalla, frente a nuestro más directo rival, hace que se encienda la mecha y el detonante a punto esta de dar con los huesos de Pepe Soler en la calle, no obstante impera la cordura, y el equipo sigue trabajando a sus ordenes, aunque el día de San José quedara como una de las celebraciones más amargas de su onomástica, los Caravaqueños caían derrotados justamente ante un Murcia deportivo, que se empeñaba en acrecentar la crisis que nadie quería ver. A partir de aquí las cosas cambian, en lo deportivo, el Caravaca coge la honda y no vuelve a perder en la nueve jornadas siguientes que restaban hasta el final de campeonato.
De quitarse el sombrero la actitud de los jugadores, casi tres meses que estuvieron sin cobrar y en ningún momento declinaron su responsabilidad de llevar al club hasta el final, y es que la crisis económica no ha perdonado a nadie esta temporada, lo mejor que al final las cosas se han solucionado, y el equipo llega a la fase de ascenso en buenas condiciones y con unos registros que meten miedo, 115 goles a favor, solo 5 recibidos en casa de los solo 26 en contra y con Noel como pichichi de la categoría con 36 goles.
El encuentro de esta tarde frente al Jumilla era algo mas que de puro trámite, los del altiplano lo tenían todo dicho en esta temporada, y los jugadores Caravaqueños estaban más pendientes de la próxima fase de ascenso, que de otra cosa; el encuentro en general fue aburrido, durante la primera mitad los vinícolas, casi sin querer tuvieron oportunidades claras de haber marcado, durante este periodo, los locales dejaron maniobrar con demasiada facilidad a los visitantes, pero el marcador no se movió.
En la segunda parte, las cosas no cambiaron nada, todo fue un calco de lo ocurrido en los primeros 45 minutos, con la excepción de algunas ocasiones Caravaqueñas muy aisladas. Todos nos aprestábamos a abandonar el municipal, cuando rondando el minuto 40, Petu recibe dentro del área un balón que le habían mandado desde el centro del campo, hace una buena definición y consigue batir a Fran; el gol fue como si hubiesen tomado Red-Bull, les dio alas y vivimos los minutos más vibrantes del encuentro, con el equipo totalmente volcado sobre la portería rival y con la afición habida de emoción empujando. El 2-0 llega en el minuto 43 obra de Emilio Rodríguez, y aún pudieron ser mas en los pocos minutos que quedaban para terminar el encuentro.
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