La decisiva eliminatoria por el ascenso comenzará el próximo domingo en el campo de O Couto
Luis M. Rodríguez 16/6/2009
Luis M. Rodríguez 16/6/2009
La última prueba que debe superar el Club Deportivo Ourense para regresar por la vía rápida a la Segunda División B pasa por superar al Caravaca CF, el campeón del grupo murciano, que en los últimos años ha ido creciendo en su motivación de alcanzar por primera vez en su historia la categoría de bronce nacional.
Realmente impresionan los números del conjunto de Caravaca de la Cruz, al oeste de la Comunidad Autónoma de Murcia. Su título de la presente campaña lo fraguó en 38 partidos jalonados por 87 puntos, con 115 goles a favor y sólo 26 en contra. Una tarjeta de visita que completa un trabajo creciente en los últimos cursos, ya que la de este año es la tercera promoción de ascenso del club de modo consecutivo y la séptima de un historial que marca 24 campañas en la Tercera División.
Sin duda, el Caravaca está afrontando un tope histórico, que tanto directivos como aficionados intentan sellar en la Segunda B, para eso recuperaron a un técnico de prestigio en la zona levantina, como es el alicantino Pepe Soler, quien ya ocupó el banquillo del Estadio Antonio Martínez «El Morao» en la campaña 03/04, en al que también disputaron la segunda fase liguera.
El entrenador, que todavía no ha cumplido los 39 años, despuntó en su Benidorm natal, y su etapa anterior en el Caravaca le sirvió para dar el salto a la categoría superior con el Águilas y el Alcoyano.
Su apuesta balompédica es similar a la de Francisco Romero, aunque se trata de un conjunto que también hace hincapié en el trabajo defensivo, si bien, le ha costado mucho en sus últimas aventuras de ascenso obtener resultados positivos como visitante. De hecho, la reciente victoria en Alcalá de Guadaira fue la única que obtuvo lejos de su campo en partidos de se la segunda fase.
Tras iniciar la década con una plantilla en la que llegaron a reunirse hasta quince jugadores locales, desde 2004, el club giró hacia el profesionalismo y comenzó a reforzarse con futbolistas experimentados, en su mayoría murcianos, pero también con otros diez de otras autonomías entre los que destacan cinco andaluces.
Recientemente en el mercado de invierno, reclutaron junto al joven Juan Carlos -del filial- a Gervasio Carril, al cual el Celta había incluido en su primera plantilla a finales de los noventa, tras salir de la cantera del Badajoz. Su experiencia en Tercera y Segunda B lo llevó a los 31 años a convertirse en el último ajuste de un Caravaca que sigue marcando su motivación en alcanzar el mayor hito de su historia. El Ourense intentará cerrarle la puerta.
Realmente impresionan los números del conjunto de Caravaca de la Cruz, al oeste de la Comunidad Autónoma de Murcia. Su título de la presente campaña lo fraguó en 38 partidos jalonados por 87 puntos, con 115 goles a favor y sólo 26 en contra. Una tarjeta de visita que completa un trabajo creciente en los últimos cursos, ya que la de este año es la tercera promoción de ascenso del club de modo consecutivo y la séptima de un historial que marca 24 campañas en la Tercera División.
Sin duda, el Caravaca está afrontando un tope histórico, que tanto directivos como aficionados intentan sellar en la Segunda B, para eso recuperaron a un técnico de prestigio en la zona levantina, como es el alicantino Pepe Soler, quien ya ocupó el banquillo del Estadio Antonio Martínez «El Morao» en la campaña 03/04, en al que también disputaron la segunda fase liguera.
El entrenador, que todavía no ha cumplido los 39 años, despuntó en su Benidorm natal, y su etapa anterior en el Caravaca le sirvió para dar el salto a la categoría superior con el Águilas y el Alcoyano.
Su apuesta balompédica es similar a la de Francisco Romero, aunque se trata de un conjunto que también hace hincapié en el trabajo defensivo, si bien, le ha costado mucho en sus últimas aventuras de ascenso obtener resultados positivos como visitante. De hecho, la reciente victoria en Alcalá de Guadaira fue la única que obtuvo lejos de su campo en partidos de se la segunda fase.
Tras iniciar la década con una plantilla en la que llegaron a reunirse hasta quince jugadores locales, desde 2004, el club giró hacia el profesionalismo y comenzó a reforzarse con futbolistas experimentados, en su mayoría murcianos, pero también con otros diez de otras autonomías entre los que destacan cinco andaluces.
Recientemente en el mercado de invierno, reclutaron junto al joven Juan Carlos -del filial- a Gervasio Carril, al cual el Celta había incluido en su primera plantilla a finales de los noventa, tras salir de la cantera del Badajoz. Su experiencia en Tercera y Segunda B lo llevó a los 31 años a convertirse en el último ajuste de un Caravaca que sigue marcando su motivación en alcanzar el mayor hito de su historia. El Ourense intentará cerrarle la puerta.
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